Cuando Venus transita en Piscis formando un sextil con Quirón natal en Capricornio, se presenta una oportunidad excepcional para sanar y crecer emocionalmente, especialmente en lo que respecta a las heridas del pasado relacionadas con el amor propio, las relaciones y la percepción de autoridad o estructura en la vida. Este tránsito planetario facilita un período en el que se puede desarrollar una comprensión más compasiva y empática de las propias vulnerabilidades.

Venus en Piscis aporta una sensibilidad y una inclinación hacia el amor incondicional, la empatía y la conexión espiritual. Esta energía favorece la comprensión y la aceptación, permitiendo que se abra el corazón a experiencias que antes se veían con temor o desconfianza. La intuición se agudiza, y se puede sentir un fuerte impulso hacia la creatividad y la expresión artística como forma de procesar y sanar heridas emocionales.

Por otro lado, Quirón en Capricornio señala áreas de la vida en las cuales se han experimentado desafíos o heridas relacionadas con la estructura, la disciplina o la figura de autoridad. Estas experiencias pueden haber llevado a una percepción de limitaciones personales o a una autoexigencia excesiva. Sin embargo, el sextil con Venus en Piscis ofrece una oportunidad para suavizar estas percepciones, integrando la comprensión emocional con una actitud más compasiva hacia usted mismo y hacia los demás.

Este tránsito es ideal para trabajar en la autoaceptación y en la sanación de viejas heridas relacionadas con la autoestima y el valor personal. Se favorece el perdón, tanto hacia usted mismo como hacia aquellos que puedan haber contribuido a esas experiencias dolorosas. Es un tiempo propicio para terapias o actividades que involucren la sanación emocional, como el arte, la meditación o la conexión con la naturaleza.

La influencia de este tránsito anima a adoptar un enfoque más fluido y menos rígido ante los desafíos de la vida, aprendiendo a fluir con las emociones en lugar de suprimirlas. Reconocer y valorar la propia vulnerabilidad como una fuerza, y no como una debilidad, es clave durante este período. Se promueve un crecimiento emocional que lleva a una mayor fortaleza interior y a una conexión más profunda con sus propios deseos y necesidades auténticas.

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