Cuando Venus transita por Piscis formando un sextil con Lilith natal en Tauro, se abre un período muy especial para la exploración emocional y la expresión de la sensualidad de una manera única. Venus en Piscis aporta una sensibilidad y comprensión intuitiva hacia las emociones, tanto propias como ajenas, facilitando la creación de vínculos profundos basados en la comprensión y la aceptación incondicional. Esta posición planetaria favorece la empatía, la creatividad y la imaginación en las relaciones, permitiendo vivir el amor y las conexiones de una manera casi mística.

Por otro lado, Lilith en Tauro resalta una naturaleza terrenal y sensorial, una búsqueda de satisfacción y placer que se arraiga en lo tangible, en lo material. La combinación de estos aspectos sugiere una persona que encuentra placer en la profundidad emocional y en la conexión espiritual, pero también valora enormemente la expresión física del amor y del deseo. Este tránsito puede revelar una etapa donde se explora el equilibrio entre el deseo de fusión emocional y la necesidad de satisfacción material y sensorial.

La influencia de Lilith en este aspecto fomenta la exploración de los deseos más profundos y, en ocasiones, no convencionales. Puede haber un fuerte impulso hacia la autenticidad en la expresión de los deseos personales, junto con un rechazo a las normas sociales establecidas sobre lo que debería ser el amor y las relaciones. Este es un momento para cuestionar y, posiblemente, romper con las expectativas tradicionales, permitiendo una mayor libertad en la búsqueda de lo que verdaderamente satisface.

Asimismo, es posible que se experimente un fortalecimiento de la autoestima y la autoaceptación al honrar los deseos y necesidades personales, integrando tanto la sensibilidad emocional como la sensualidad terrenal. La clave está en encontrar armonía entre estas dos fuerzas, permitiendo que se complementen en lugar de que entren en conflicto.

Este tránsito también podría manifestarse en la atracción hacia relaciones o experiencias que desafíen las convenciones, impulsando hacia un viaje de descubrimiento personal donde se explora la profundidad de los propios valores y deseos. En este período, es importante prestar atención a las señales intuitivas y permitirse fluir con emociones y sensaciones, confiando en la capacidad de navegar por estos terrenos emocionales y sensoriales con gracia y autenticidad.

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