Con la tránsito de Neptuno en Escorpio en vuestra duodécima casa compuesta, es un época sumamente espiritual y de introspección profunda. La clave aquí es aprender a ser como un par de pulpos, escurridizos y adaptables. Sí, pulpos. Alérgicos a las rutinas y al borde de desarrollar habilidades de escape dignas de Houdini.

Es vital reconocer que este tránsito puede hacer burbujear sentimientos escondidos y emociones reprimidas. Así como las estrellas en el cielo de la noche, estos sentimientos pueden ser oscuros y distantes, pero son parte integral de vuestro ser celestial. Deben ser aceptados y abrazados, aunque no siempre sean tan brillantes como Betelgeuse.

Con la influencia de Neptuno, hay una fuerte tendencia a la soñación, fantasía e incluso surrealismo. Ya estáis experimentando un poco del famoso 'efecto Renoir', ¿no? Todo tiene un brillo extraño, quizás hasta un poco borroso. No os preocupéis, no es astigmatismo. Solo es Neptuno al mando.

La verdad es que, con Neptuno revoloteando por vuestra duodécima casa, cada uno de vosotros va a desarrollar un sentido de empatía y unión profundamente arraigada. Estamos hablando de los niveles del Capitán Planeta, solo que con menos mallas y más enfoque metafísico, claro está.

Es durante este tránsito donde vuestra intuición alcanza su apogeo. No, esto no significa que vayáis a ganar la lotería. Pero confiad en vuestro instinto como nunca antes, entenderéis cosas que nunca habíais entendido y, sobre todo, entenderéis el uno al otro en maneras nuevas y, a veces, misteriosas. Así es, chicos, el universo está de vuestro lado, ¡así que a aprovecharlo!

Sin embargo, recordad que Neptuno también representa el autoengaño, por lo que no os dejéis llevar por ilusiones. Aquí es donde entra la 'práctica del pulpo': se adapta, pero nunca se desplaza por malos caminos.

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