Cuando Neptuno transita por Piscis en la casa 8 de su carta natal, está entrando en un periodo de profunda transformación espiritual y emocional. Neptuno, el planeta de la disolución y la espiritualidad, en su signo de domicilio amplifica sus cualidades, sumergiéndolo en las aguas profundas de lo desconocido y lo místico.

La casa 8, asociada con la transformación, la sexualidad, los misterios, la regeneración y los recursos compartidos, se convierte bajo la influencia de Neptuno en un terreno fértil para el crecimiento espiritual a través de la disolución de viejas estructuras y patrones de su vida. Durante este tránsito, podría sentirse más intuitivo que nunca, con sueños y visiones que pueden servir como guías o advertencias en su camino.

Es probable que su interés por temas esotéricos, la psicología profunda o la meditación aumente significativamente. La conexión con lo divino o lo espiritual puede convertirse en una fuente de consuelo y dirección, ayudándolo a enfrentar y a integrar aspectos de su sombra, esas partes de usted que previamente había evitado o suprimido.

Sin embargo, Neptuno también puede traer confusión y desilusión, especialmente en asuntos relacionados con la casa 8 como herencias, finanzas compartidas o intimidad emocional. Es importante que permanezca atento a no idealizar o engañarse en estas áreas, ya que Neptuno puede velar la realidad, haciéndolo más susceptible a decepciones o malentendidos.

Durante este tránsito, las relaciones íntimas pueden experimentar un nivel de conexión más profundo y espiritual, pero también es esencial mantener los límites claros y la comunicación abierta para evitar perderse en la fusión neptuniana que ignora las realidades prácticas de la vida compartida.

El tránsito de Neptuno por la casa 8 le invita a soltar lo que ya no le sirve, a purificar su vida emocional y espiritual, y a confiar en el proceso de transformación. Puede ser un tiempo de curación profunda, pero también de cierta vulnerabilidad. Es crucial rodearse de personas y ambientes que respeten y apoyen su viaje espiritual.

Este periodo puede ser desafiante, pero también increíblemente enriquecedor, ya que le ofrece la oportunidad de renacer en un nivel más profundo, más conectado con su verdad espiritual y emocional. La clave es fluir con los cambios, mantenerse anclado en prácticas espirituales o de autoconocimiento que le centren, y recordar que la disolución de lo viejo es siempre un preludio a la creación de algo nuevo y significativo en su vida.

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