El tránsito de Quirón en Virgo en la casa 7 marca una etapa significativa para usted en términos de relaciones y autoconocimiento. Este periodo puede ser desafiante pero, a la vez, extremadamente enriquecedor, ya que impulsa a usted a enfrentar y sanar heridas relacionadas con la crítica, el perfeccionismo y la dinámica de pareja.

Quirón, conocido como el "sanador herido", en Virgo, un signo dedicado al servicio, a la purificación y al detalle, sugiere que la sanación provendrá de enfrentar problemas relacionados con la autocrítica excesiva o la tendencia a criticar a los demás, especialmente a aquellas personas con las que comparte vínculos estrechos. Esta posición pone de relieve cómo estos comportamientos pueden estar dañando su capacidad de formar o mantener relaciones equilibradas y saludables.

En la casa 7, el foco se centra en las asociaciones y en las relaciones uno a uno. Por lo tanto, este tránsito podría traer al primer plano la necesidad de revisar cómo las exigencias de perfección afectan las relaciones. Podría ser que descubra una tendencia a esperar demasiado de los socios o de las personas cercanas, o tal vez, una tendencia a elegir parejas que reflejan una crítica interna no resuelta.

Para navegar este tránsito de forma constructiva, es crucial adoptar prácticas que fomenten la compasión hacia usted mismo y hacia los demás. El primer paso podría ser reconocer y aceptar las imperfecciones propias y las de las demás personas como parte de la condición humana. Esto no significa resignarse a situaciones insatisfactorias, sino más bien encontrar un equilibrio entre el deseo de mejora y la aceptación.

La práctica de la comunicación asertiva también puede ser una herramienta valiosa durante este periodo. Expresar necesidades y deseos de manera clara, sin caer en el juicio o en la crítica destructiva, puede mejorar significativamente la calidad de las relaciones. Asimismo, aprender a recibir feedback de los demás sin tomarlo como un ataque personal puede abrir puertas a un crecimiento mutuo.

A través de este tránsito, hay una gran oportunidad para aprender a cultivar relaciones más sanas y equitativas. Aunque el proceso puede involucrar enfrentar dolorosas verdades o patrones de comportamiento difíciles de cambiar, el resultado puede ser una mayor capacidad para relacionarse de maneras que son tanto sanadoras como enriquecedoras. La clave está en abordar este periodo con una mente abierta y un corazón dispuesto a sanar y a ser sanado.

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