Cuando Ceres transita por Leo en la casa 1 de su carta natal, se despiertan en usted energías centradas en la autoexpresión y el cuidado propio de maneras que quizás no había explorado antes. Ceres, el asteroide asociado con la nutrición, el cuidado, y los ciclos de pérdida y regeneración, resalta en este tránsito la importancia de alimentar su yo interno y su identidad personal.

En este periodo, podría sentir un fuerte impulso hacia la creatividad y la autoexpresión. Leo, signo de fuego regido por el Sol, enfatiza la individualidad, el orgullo y la necesidad de ser reconocido. La presencia de Ceres aquí sugiere que este reconocimiento que busca debe empezar desde dentro. Es esencial que durante este tránsito se enfoque en actividades que alimenten su espíritu y le permitan brillar. Esto puede manifestarse a través del arte, la representación o cualquier medio que le permita expresar su verdadero yo.

Este tránsito también puede señalar un tiempo en el que se sienta más necesitado de atención y cuidado de los demás, pero la lección aquí es aprender a ofrecerse ese mismo nivel de atención y cariño a usted mismo. La casa 1, la casa del yo, destaca la importancia de la autoimagen y la percepción personal. Con Ceres transitando esta casa, se encuentra en un proceso de redescubrir y nutrir su identidad y cómo esta se presenta al mundo.

Una faceta importante de este tránsito es la relación con la autoestima. Tener Ceres en Leo en la casa 1 puede incrementar la necesidad de aprobación externa para sentirse bien consigo mismo. Sin embargo, este tránsito le invita a encontrar valor y dignidad en su interior, independientemente de la validación externa. Es un tiempo para aprender a quererse y respetarse a sí mismo con la misma intensidad que busca ser querido y respetado por otros.

También es probable que durante este tránsito se encuentre en una posición en la que pueda brindar cuidado y apoyo a otros de manera creativa y auténtica. La energía de Ceres en Leo favorece el liderazgo compasivo, permitiéndole guiar a otros no solo con autoridad, sino con un corazón abierto y un enfoque en el bienestar mutuo.

Finalmente, este tránsito es un recordatorio de que el mayor sustento viene de un lugar de amor propio y aceptación. Le alienta a honrar su singularidad, a abrazar su creatividad y a vivir con plenitud y alegría. Es un tiempo para brillar desde dentro hacia fuera y para reconocer que el amor y el cuidado que se da a sí mismo sienta las bases para todo lo demás en su vida.

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