Cuando Pholus transita por Tauro en la casa 12 de su carta natal, se activa una dinámica muy particular en su vida. Esta posición astrológica implica un proceso de transformación profunda en las áreas más ocultas de su ser, donde se hallan sus miedos, secretos y todo aquello que prefiere mantener en la sombra.

Pholus es un centauro, un tipo de objeto astronómico que simboliza cambios rápidos y significativos, pero en Tauro, estos cambios ocurren de manera más lenta y tangible. La energía de Tauro le invita a encontrar seguridad y estabilidad, pero en la casa 12, esta búsqueda se orienta hacia el mundo interno e invisible. Podría sentir un impulso hacia la introspección para explorar su psique, su subconsciente y los aspectos espirituales de su existencia.

La presencia de Pholus en esta posición sugiere que pequeños incidentes o decisiones podrían desencadenar grandes revelaciones o transformaciones internas. Es como si abrir una pequeña puerta pudiera desvelar un mundo completamente nuevo dentro de usted. Este proceso no siempre es cómodo, ya que enfrentar lo que ha estado oculto o reprimido puede ser desafiante. Sin embargo, es crucial para su crecimiento y evolución personal.

Durante este tránsito, es posible que se sienta más inclinado a terapias o prácticas que faciliten el autoconocimiento y la sanación, como la meditación, el yoga o la psicoterapia. Escuchar su intuición y prestar atención a sus sueños puede ofrecerle valiosas pistas sobre lo que necesita ser sanado o transformado.

Tauro, siendo un signo de tierra, también puede sugerir que encuentre consuelo y sanación en la naturaleza o en actividades que se conecten con su cuerpo. La práctica de la paciencia es clave, ya que los cambios que Pholus promete pueden tomar tiempo en manifestarse plenamente.

Es importante recordar que la casa 12 también se relaciona con el karma y las deudas del pasado. Por lo tanto, este tránsito podría traer consigo la oportunidad de cerrar ciclos, perdonar y liberarse de cargas pasadas. Aproveche esta energía para soltar lo que ya no le sirve y abrir espacio a nuevas maneras de ser y de estar en el mundo.

Este período es, en esencia, una invitación a sumergirse en las profundidades de su ser para redescubrirse y reinventarse. Aunque puede ser un proceso solitario y a veces difícil, la transformación que promete es profundamente sanadora y enriquecedora.

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