Con la transición de Ceres en Leo en la duodécima casa compuesta, su relación experimentará una etapa de nutrición emocional y creatividad intensificada. Ceres, el planeta de la crianza y la nutrición, brinda un ambiente en el que pueden sentir seguridad para ayudarse mutuamente en su crecimiento personal y emocional. Por otro lado, Leo, con su fuego interno, potencia la dimensión creativa y expresiva de este proceso.

En la duodécima casa, esencialmente introspectiva y espiritual, Ceres aporta un espacio para que curen sus inseguridades emocionales. Aquí, armonizar la seguridad personal con la del otro requiere un equilibrio delicado. Necesitan respetar sus propios ritmos, necesidades y momentos de silencio.

Recuerden que Leo también representa el orgullo, por lo tanto, la dinámica de dar y recibir necesita equilibrio para evitar actitudes possessivas. Se incentiva tomar turnos para dar y recibir, y entender que no todas las demostraciones de cuidado y amor necesitan ser grandiosas y espectaculares.

Por otro lado, la creatividad que Leo despierta puede ayudarles a encontrar nuevas formas de expresar amor, solidaridad y apoyo mutuo. Pueden explorar la música, la danza, los juegos y otras formas de arte como medios para conectar en un nivel más profundo.

En este tránsito, se propone una relación dinámica donde tanto la introspección emocional como la expresión creativa coexisten. Durante esta época, invítense mutuamente a nutrir sus espacios internos y a explorar formas creativas de sintonizar con sus sentimientos e intuiciones, potenciando así la salud emocional y espiritual de su relación.

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